Las personas acuden a consejería porque buscan un cambio. Quieren ayuda con sus problemas y tener esperanza de que la vida puede ser diferente.
¡Qué meta tan admirable! Celebramos cuando alguien expresa el deseo de una vida cambiada. Esas esperanzas a menudo reflejan la humildad de aquellos que las buscan y les proporcionan las bases para el proceso de consejería.
Los consejeros bíblicos afirman la aspiración de cambio de aquellos que aconsejan, pero también proveen una visión más grande de lo que la mayoría se atrevería a soñar: más allá de meras soluciones centradas en problemas, los consejeros bíblicos invitan a sus aconsejados a abrazar la agenda de cambio de Dios.
Esa agenda va más allá del hoy, extendiéndose a la esperanza de la eternidad.
<El programa de Dios en nuestra vida se conoce como santificación.>
Santificación, o ser cada vez más como Cristo en esta vida mientras miramos hacia la próxima, es la voluntad de Dios para nuestras vidas (1 Tes 4:3). Es un viaje de toda la vida que tiene un destino en específico. Consiste de varias señales importantes a lo largo del camino. A medida que los consejeros y los aconsejados trabajan hacia ese destino, la santificación guía el proceso de consejería en al menos cinco formas.
1. Dirección: Establecer nuestra trayectoria
Cualquier viajero experimentado planea su ruta antes de emprender un viaje. Lo que antes significaba trazar un camino en un mapa, ahora puede ser tan simple como ingresar un destino en Google Maps, pero no obstante, esto ilustra el primer paso del proceso en consejería bíblica. En medio de los problemas de hoy los consejeros bíblicos deben ayudar a sus aconsejados a ver hacía donde se dirigen en Cristo.
El apóstol Pablo comenta sobre esto en Romanos 6:22 cuando describe el último resultado del proceso de santificación "Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna." En otras palabras, el cambio que viene mediante la relación de fe de una persona con Cristo conduce a un destino previsto: la vida eterna con Dios.
Esta verdad tiene implicaciones significantes en nuestras vidas. El cambio de hoy presagia la transformación que vendrá en la eternidad. En efecto, cada decisión de seguir a Cristo por fe en medio de los problemas de la vida es un tipo de resurrección en miniatura. Por lo tanto ningún problema que experimente una persona es simplemente un nudo para desenredar hoy. En lugar de ello, es una oportunidad, por la fe, de abordar nuestras dificultades y avanzar hacia nuestro verdadero destino, para que podamos experimentar un anticipo de lo que vendrá cuando estemos con Cristo.
2. Kit de herramientas: Recursos para el viaje
Similar a la propia dirección, los suministros adecuados son esenciales para cualquier viaje. Combustible, comida, agua, y refugio nos proporcionan lo necesario para llegar al lugar que nos dirigimos. De la misma manera, la búsqueda de la santificación requiere los recursos adecuados. Los consejeros bíblicos necesitan el recurso necesario en sus herramientas para el proceso: la siempre suficiente Palabra de Dios.
Debemos entender como las Escrituras sirven como el recurso adecuado para el cambio. 2 de Pedro 1:3 declara que "Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquel que nos llamó por Su gloria y excelencia." En otras palabras, Dios, a través de su poder nos ha dado todo lo que necesitamos para una vida piadosa. La piedad, o el fruto de la santificación se obtienen al conocerlo.
¿Cómo crecemos en el conocimiento de Dios? Ese crecimiento ocurre mediante la aplicación reflexiva y orante de la palabra de Dios. La Escritura abre la puerta a "todas las cosas" en lo que se refiere al conocimiento de Cristo. Lo que creemos, lo que deseamos, lo que hacemos - todo refleja el fruto del impacto de las Escrituras en nuestros corazones. Es la palabra de Dios la que nos ayuda a abordar los aspectos específicos en nuestras vidas con las verdades eternas del evangelio, y así experimentar el crecimiento hacia Dios.
La Biblia, es el recurso en el que confían los consejeros bíblicos para ayudar a otros a perseguir el cambio mediante el conocimiento de Cristo.
Libros recomendados
Manual del consejero cristiano
Jay Adams
Encuéntralo en:
Cómo Cambia la Gente
Lane and Paul David Tripp
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Cómo Asesorar a las Personas para que Cambien
Jay Adams
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3. Identidad: Confirmando nuestro llamado
Hubo un tiempo (Antes de la llegada de la navegación por satélite) en el que una señal de tráfico o un marcador de kilómetros que se aproximaba confirmaban que uno estaba en la ruta correcta. La seguridad de que íbamos en la dirección correcta nos infundió confianza que nos sostuvo.
Para los cristianos en el camino de la santificación, una seguridad parecida viene al considerar la identidad de uno como hijo o hija de Dios y el cambio que Dios trae a nuestra vida como resultado. Esta identidad es primeramente confirmada por la presencia que mora en nosotros y el ministerio activo del Espíritu Santo, que fue dado como pago inicial de nuestra herencia futura (Efesios 1:11-14).
Romanos 8:16-17 afirma esta realidad en la vida de un cristiano cuando dice "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él."
Nuestra identidad se demuestra aún más al examinar el fruto de la santificación. Cada ejemplo de cambio bíblico (No importa que pequeño sea) valida el estatus propio como hijo de Dios, al tiempo que apunta hacia el regreso de Jesús. En otras palabras, lo que Dios comienza mediante la gracia de la adopción, Él lo va a terminar mediante la gloria de la resurrección (Filipenses 1:6). Los consejeros bíblicos animan a sus aconsejados en su identidad en Cristo recordándoles lo que Dios ha hecho, equipándolos en su búsqueda de lo que Él está haciendo e infundiéndoles esperanza por todo lo que Dios hará.
4. Entrenamiento: Equipamiento para la resistencia fiel
A pesar de las seguridades que acompañan a las evidencias de santificación, nos cansamos del viaje. Los padres atrevidos en viajes de verano por carretera se preparan para los inevitables gritos de "¿Ya llegamos?" y los cristianos en el camino del cambio suelen decir las mismas cosas. Cualquier viaje que valga la pena el destino tiene momentos en los que parece que nunca llegaremos.
Sin embargo, a pesar de nuestra fatiga, la búsqueda de la santificación (y por implicación, el proceso de consejería) se trata de entrenar para resistir los desafíos que presenta la vida. En momentos de desánimo, tenemos esperanza al considerar el fruto que produce esa perseverancia empoderada por Dios: "Sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, 4 y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte." (Santiago 1:3-4).
De la misma manera, Dios nos dice que Él nos redimirá nuestros esfuerzos presentes hacia la piedad más allá de esta vida. En Timoteo 4:7-8, Pablo nos advierte que evitemos "las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad. Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura". Debido a que la piedad no solo termina en esta vida, los consejeros bíblicos ayudan a sus aconsejados a perseverar con gozo en su santificación.
5. Tesoro: Aumentando nuestro anhelo por Cristo
Cuando estamos en un viaje largo, mientras más nos acercamos a nuestro destino más aumenta nuestra expectación. Nos distraemos menos por lo que podría disuadir nuestro progreso y más enfocados en nuestra llegada. Estamos más alerta a medida que nos acercamos al final, ansiosos por lo que nos espera. No podemos esperar a lo que será... estar ahí.
A medida que la santificación da más frutos en nuestra vida, se espera una expectación similar. El verdadero fruto del cambio no solo nos anima a restaurar la corrupción del pecado en el poder de Dios, sino que la obra refinadora de la santificación abre nuestro apetito por el cielo. La esperanza del cielo se vuelve aún más real a medida que se disipan las esperanzas y los tesoros terrenales. A medida que nuestros corazones se conforman más al de Cristo, anhelamos más estar con Él.
Este anhelo es a lo que los cristianos están llamados a cultivar en sus vidas y lo que los consejeros bíblicos deben alentar en el corazón de aquellos a quienes sirven. Como Pablo dice en Filipenses 3:14-15, cuanto más comprendía el valor de Cristo, más anhelaba la resurrección y más claro se volvía su objetivo: "prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." En la siguiente oración, nos recuerda la sabiduría de tal búsqueda cuando dice: "Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tienen una actitud distinta, eso también se lo revelará Dios" La madurez en Cristo se traduce en un mayor anhelo de estar con Cristo. Aconsejar a otros con la santificación como guía significa ayudar a avivar los deseos mientras nuestros aconsejados navegan por su pecado y sufrimiento.
Preguntas para reflexionar
1. ¿Cómo han ayudado estos cinco indicadores a reforzar la meta del ministerio de consejería bíblica?
2. ¿Hay otras formas en que la santificación guía el proceso de consejería de acuerdo con las Escrituras?
Brady Goodwin sirve como pastor de Atención y Consejería en la iglesia Northway en Dallas, Texas. Es graduado del Seminario Teológico de Dallas (Th.M.) y del Seminario Teológico Bautista del Sur (D. Min., Consejería Bíblica). Es miembro certificado de la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados. Brady vive en Dallas, Texas, con su esposa Aimee y sus tres hijos.
Traducido por: Zoar Carrillo / Mariana Robles
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