¿Qué tal si hay una manera en que podamos garantizar que nuestras vidas sean mejores o peores… más fáciles o más difíciles… más o menos placenteras? En realidad, nosotros influenciamos cómo el sufrimiento afecta nuestras vidas. El sufrimiento es un aspecto común de la vida—todos tenemos alguna medida de sufrimiento. Para algunos, el sufrimiento los abruma, agota sus energías, continuamente pesa en sus mentes y aplasta sus espíritus. Para otros, el sufrimiento les roba un día divertido, les causa frustración o los distrae de actividades divertidas. Cualquiera sea el caso, ¿quién quiere definir su vida por el sufrimiento? ¿Quién quiere determinar un buen día basado únicamente en cuánto el sufrimiento les ha afectado?
Hay una mejor manera.
Recibimos ayuda de la vida de Job
El libro de Job nos provee ayuda. Mientras Job atraviesa circunstancias increíbles que producen aún más sufrimiento a largo plazo, tenemos que observar, escuchar y comprometernos con él en su sufrimiento. Dios amablemente nos provee la historia de Job como un ejemplo. En ella, aprendemos sobre Dios, nuestras circunstancias, la gracia de Dios y aún sobre nosotros mismos.
Recuerda el panorama general del libro de Job
Job padece sufrimiento en cada nivel de la existencia humana. Otros pecan contra él. Él enfrenta increíbles desastres naturales. Sufre pérdida. Aún más, experimenta dificultades relacionales significativas. Él sufre como tú y como yo—como todos nosotros. En medio de este sufrimiento, él responde en varias maneras que son tanto útiles como no útiles. A través de la historia, Dios nos provee ayuda mientras nosotros experimentamos nuestras propias presiones y sufrimientos (1 Cor. 10:1-13).
Job nos apunta a entender la sabiduría
Mientras Job discute su situación con sus amigos y, en última instancia, con Dios; Job nos apunta al entendimiento y a beneficiarnos de la sabiduría (Job 28). Él básicamente nos hace el siguiente resumen de lo que es la sabiduría. Comienza por explicar que no puede hacer sentido de su mundo. A pesar de las destrezas del humano, no podemos descubrir la sabiduría (Job 28:1-12). A pesar de las riquezas del humano, no podemos comprar la sabiduría (Job 28:13-22). Solo Dios conoce la sabiduría (Job 28:23-24); de hecho, Dios conoce la sabiduría a fondo (Job 28:25-27). Afortunadamente, Él nos dice qué es la sabiduría (Job 28:28).
Esto es lo que Dios quiere que aprendamos:
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia. (Job 28:28)
El temor del Señor es la sabiduría
Job dice que “el temor del Señor es la sabiduría.” ¿Qué significa eso? Esencialmente, la sabiduría es la destreza o habilidad de aplicar lo que conocemos de o a través de la Biblia a situaciones cotidianas. En este caso, lo que sabemos que es el temor del Señor, lo que significa que respetamos y confiamos en Dios al observar Su carácter y Su obra. Temer a Dios es tenerlo en última instancia como Dios—respetando y confiando en Él. Dios dice que esto es la sabiduría suprema. En otras palabras, tenemos la destreza o habilidad de trabajar a través de las situaciones de la vida con discernimiento mientras respetamos y confiamos en Dios sobre todas las cosas.
Apartarse del mal (es) la inteligencia
“Apartarse del mal (es) la inteligencia” comprende la segunda mitad de la explicación de Job. Nuevamente, ¿qué significa esto funcionalmente? Él quiere que entendamos que la sabiduría aplicada a la vida resulta en una vida y entendimiento hábiles. Así, la persona sabia crece en la práctica del discernimiento, mientras toma decisiones basadas en la sabiduría. Aquí, el sabio toma decisiones diarias basadas en respetar y confiar en Dios (Su carácter y obra), lo cual es temer a Dios.
Cuando esto sucede, las decisiones diarias de la persona reflejan su temor de Dios. Esto impacta lo que hace o dice. Por esta razón, Job dice que el verdadero entendimiento (la habilidad de vivir sabiamente a la luz del temor de Dios) está en apartarse del mal. Apartarse del mal es el sentido negativo. También lo podríamos decir de esta manera, “Tener entendimiento es hacer lo que honra a Dios y no hacer lo que deshonra a Dios al tomar decisiones cotidianas” En este sentido, demostramos entendimiento en medio de las presiones de la vida, incluyendo todos los niveles de sufrimiento.
¿Cómo hace esto nuestras vidas mejores o peores?
Yo comencé con la siguiente pregunta: “¿Qué tal si hay una manera en que podamos garantizar que nuestras vidas sean mejores o peores… más fáciles o más difíciles… más o menos placenteras?” Y la contestación es que, basado en la verdad en este pasaje de la Escritura, la Biblia lo garantiza. Nuestras vidas serán mejores o peores, más fáciles o más difíciles y más o menos placenteras basadas en cómo respondamos a esta verdad de Job.
Esta verdad es parte de lo que Job estaba aprendiendo en medio de su propio sufrimiento. Inicialmente, él malinterpretó el trabajo de Dios en el mundo—y en su vida específicamente. Él pensó que Dios solo traía sufrimiento a la vida de alguien cuando la persona lo merecía. Pensó que si seguía todas las leyes, entonces Dios le libraría de todo sufrimiento.
Sin embargo, mientras enfrentó este increíble sufrimiento, Job aprende que realmente vivimos con entendimiento en medio de nuestras circunstancias (sufrimiento) según respondamos basándonos en nuestra confianza y respeto al carácter y las obras de Dios.
Considera esta ilustración
Si fuéramos a usar una simple ilustración del sol, un árbol frutal y sus raíces, podemos ver cómo todo esto funciona para hacer nuestras vidas mejores o peores.
El calor del sol representa las presiones en nuestras vidas, las cuales incluyen nuestro sufrimiento. A medida que pasamos por el sufrimiento, este aporta calor a las raíces de nuestro árbol. Estas raíces representan nuestros corazones. A medida que el sol compromete las raíces, esta combinación produce fruto, el cual representa nuestra conducta.
En medio del fuego de la vida (sufrimiento), este versículo nos enseña a temer al Señor lo cual es la sabiduría. En otras palabras, confiamos y respetamos a Dios en medio de las presiones de la vida.
Cuando nuestros corazones temen al Señor, se produce una vida de inteligencia como fruto. El entendimiento tiene un fruto particular—un estilo de vida que evita el mal, de acuerdo a este versículo. También podría ser descrito como un estilo de vida de palabras y acciones que honran a Dios, en vez de deshonrar a Dios.
Según vivimos este estilo de vida, el resultado es más o menos presión en la vida. Si escogemos honrar a Dios (vivir con entendimiento), nuestras vidas serán menos complicadas por la profundidad, culpa y confusión de las respuestas pecaminosas. Si escogemos deshonrar a Dios en nuestro sufrimiento, nuestras vidas reflejarán todas las complicaciones que vienen con el pecado.
¿Cómo es la vida mejor o peor?
La vida es mejor cuando tememos a Dios en medio del sufrimiento. Mientras respetamos y confiamos en Dios, Él nos da la habilidad de vivir con entendimiento, lo cual significa que escogeremos responder a nuestro sufrimiento en maneras que honran a Dios en vez de deshonrarlo. Mientras lo hacemos, la presión disminuye independientemente las circunstancias cambien o no. Según la presión disminuye, nuestras vidas son mejores, más fáciles y más placenteras porque evitamos complicar nuestras circunstancias con nuestras propias decisiones pecaminosas. Vivimos con paz, confianza y valor mientras experimentamos sufrimiento en vez de culpa, confusión y toda clase de maldad (cf., Santiago 3:13-18).
En conclusión, lo que gobierna nuestros corazones hoy, impactará directamente nuestro día. Si tememos a Dios (sabiduría) y lo honramos en nuestras respuestas a nuestra presión (entendimiento); entonces disfrutaremos de más gozo, paz, contentamiento y bendiciones. Nuestras vidas serán mejores, más fáciles y placenteras.
Preguntas para reflexionar
En medio de tu sufrimiento, ¿cómo estás respondiendo? ¿Son tus respuestas basadas en la sabiduría de Dios que fluye del temor de Dios y respeto a él? ¿O son tus respuestas basadas en tu propia sabiduría?
¿Has considerado el deseo de tu corazón en medio del sufrimiento? ¿Reflejan tu corazón un amor y respeto profundos a Dios, un deseo de ser más como Cristo y un amor y lealtad a tu Salvador? ¿O refleja tu corazón un afecto mayor por algún otro deseo, un amor a algún otro salvador o una lealtad a tu propia voluntad?
Reflexiona en la conexión entre tu comportamiento y tu corazón. ¿Ves las conexiones? ¿Puedes pensar en las veces cuando una respuesta piadosa hizo tu sufrimiento más fácil o las veces cuando una respuesta impía hizo tu sufrimiento más difícil?
Kevin Carson (D.Min.) Es un esposo, padre de cuatro hijos, pastor (www.sonrisebaptist.com), profesor (www.gobbc.edu), blogger (kevincarson.com), autor y consejero certificado. Le encanta servir a Cristo, a su familia, al cuerpo de Cristo y a su comunidad.
Traducido por: Jessica Rodriguez
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