¿Qué de la masturbación?
- CCB
- 19 dic 2018
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Al pensar en una visión bĆblica de la masturbación, primero debemos reconocer que no hay un versĆculo bĆblico que diga que la masturbación es un pecado. Sin embargo, hay varios principios bĆblicos que pueden guiarnos en la evaluación de una visión bĆblica de la masturbación.
El sexo y la sexualidad no fueron creados por Dios principalmente para nuestro propio placer.
Dios creó el sexo y la sexualidad como un regalo maravilloso que debe darse a nuestra compaƱera o compaƱero de vida. Este regalo nos une de una manera especial e Ćntima. Es algo que Dios querĆa que experimentĆ”ramos en una relación con la otra persona. Cuando lo usamos individualmente, hemos torcido algo maravilloso, y hay algunos peligros que luego entran.
En 1 Corintios 7:3-4, Pablo dice: "El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer." Nuestros cuerpos y nuestra sexualidad no son nuestros para usar para nuestro propio placer, asà que, si eres una persona casada, la masturbación priva a tu esposa(o) de algo que se supone debes recibir tú.
De manera similar, Proverbios 5:18-20 nos dice: "Sea bendito tu manantial, Y alĆ©grate con la mujer de tu juventud..., sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recrĆ©ate siempreā¦" La masturbación, lleva a la persona casada a encontrar satisfacción en otro lugar que no es su cónyuge... y puede conducir a menudo sus afectos lejos de ella o Ć©l, de modo que sea cautivado(a) por algo o alguien mĆ”s.
La masturbación actĆŗa con el pecado del egoĆsmo.
Todos somos propensos al egoĆsmo por naturaleza, y la masturbación parece alentar esta llama. TambiĆ©n tiende a aislarnos. Nos retiramos y nos concentramos en nosotros mismos. "ĀæQuĆ© es bueno para mĆ? ĀæQuĆ© realmente me excita?ā Estos pensamientos generan una actitud que es contraria al amor bĆblico. El amor bĆblico implica dar para las necesidades del otro sin esperar nada a cambio. El amor es dar sin esperar recibir.
La actividad del autoerotismo por naturaleza es una actividad de "obtener" en lugar de una actividad de "dar". Empezamos a pensar que no necesitamos otra relación humana en esa Ć”rea. Sin embargo, este regalo estaba destinado a ser parte del "pegamento" que nos unirĆa a otra persona en lugar de a nosotros mismos. La masturbación va en contra de eso y alimenta el aislamiento egoĆsta. Leemos en 1 Corintios 13:5, "El amor no busca lo suyo." La masturbación busca lo suyo. Romanos 15:2-3 dice, "Cada uno de vosotros agrade a su prójimo (su cónyuge es su prójimo mĆ”s cercano) en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sĆ mismo; antes bien, como estĆ” escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mĆ.".
Filipenses 2:3-4 conduce a esta meta. "Nada hagƔis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demƔs como superiores a Ʃl mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual tambiƩn por lo de los otros.".
La masturbación puede usarse como escape o refugio que no sea Dios.
Cualquiera de las cosas buenas que Dios nos ha dado (comida, bebida, sexo, trabajo) puede llegar a ser pecaminosa si se usa como un lugar de refugio en lugar de volverse a Dios. La masturbación a menudo se utiliza de esa manera, especialmente con los jóvenes. Es rĆ”pido, fĆ”cil y da una gratificación inmediata. Eso en sĆ mismo deberĆa enviar algunas seƱales de peligro. Los hĆ”bitos estĆ”n formados por lo que quieres hacer cuando las cosas no van a tu manera, o te estĆ”s sintiendo deprimido o aburrido y quieres la gratificación inmediata.
El Salmo 73:25 dice: āĀæA quiĆ©n tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.ā El Salmo 16:11 enseƱa," En Tu presencia hay plenitud de gozo.ā Mientras que el Salmo 91:2 dice: "DirĆ© yo a JehovĆ”: Esperanza mĆa, y castillo mĆo; Mi Dios, en quien confiarĆ©." La masturbación puede fĆ”cil y cautelosamente convertirse en un sustituto de tu relación con Dios y con los demĆ”s.
La masturbación va en contra del auto-control que se nos manda a desarrollar como cristianos.
Luchar en esta Ć”rea es una excelente oportunidad para confiar en Dios y pedir Su gracia en lugar de alimentar los deseos de la carne. SĆ© que es difĆcil. Esta puede ser una lucha incluso para una persona casada. Con toda honestidad, a veces como casados no queremos la "molestia" de tener que "realizar" todo lo necesario para una buena intimidad con nuestro cónyuge y sólo queremos un alivio rĆ”pido. Si permites que la masturbación sea una prĆ”ctica regular, es posible que las relaciones sexuales con tu cónyuge sean menos satisfactorias y mĆ”s frustrantes.
Hay muchos versĆculos en la Escritura que muestran nuestra necesidad de dominio propio. Considere: Proverbios 25:28; 1 Tesalonicenses 4: 3-6; y 2 Timoteo 1: 7.
La masturbación a menudo enciende una llama que nunca puede tener suficiente.
Si tĆŗ abres la puerta y le das rienda suelta a esta Ć”rea, entonces necesitarĆ”s mĆ”s y mĆ”s para conseguir el mismo nivel de satisfacción que tuviste antes. SentirĆ”s la necesidad de pasar a otras cosas (pornografĆa, fantasĆas) para obtener el mismo nivel de placer. En lugar de satisfacerlo, provocas sed por mĆ”s y te deja sintiĆ©ndote muy vacĆo.
JeremĆas 2:13 dice: "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mĆ, fuente de agua viva, y cavaron para sĆ cisternas, cisternas rotas que no retienen agua." La masturbación es una cisterna rota que no puede retener el agua. Para mantenerse satisfecho exige mĆ”s y mĆ”s de lo mismo y luego exige variedad, algo nuevo. Terminas en un estado de conmoción perpetua con muy poca satisfacción.
La masturbación a menudo trae culpa y distracción que impide nuestro caminar con Dios.
Pedro enseƱa: "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengĆ”is de los deseos carnales que batallan contra el alma." (1 Pedro 2:11). Muy a menudo, cuando esta Ć”rea de lujuria fĆsica se agita, hay guerra contra el lado espiritual. Nos sentimos sucios y pensamos que no podemos acercarnos a Dios.
Romanos 13:14 explica: "ā¦sino vestĆos del SeƱor Jesucristo, y no proveĆ”is para los deseos de la carne". A menudo, la masturbación nos lleva a gastar una cantidad excesiva de tiempo pensando en ello... llevĆ”ndonos a ello... y cómo lo haremos la próxima vez, etc.
Conclusión
Sobre la base de los principios del amor bĆblico y el auto-control, asĆ como el fundamento del diseƱo original de Dios para el placer sexual que debe compartirse entre marido y mujer, parece prudente resistir personalmente a la tentación de masturbarse, y parece importante para nosotros enseƱar a nuestros chicos los peligros de ceder a esta tentación.
Unirse a la conversación
ĀæCómo desarrollar una perspectiva bĆblica sobre la masturbación?
Escrito por: Brad Bigney