Si la ley de Dios pudiera ser resumida en un mandato auténtico, entonces consideraríamos: “…correr a Dios en lugar de solo correr del pecado”, pues la vida no es principalmente de lo que evitamos, sino de lo que perseguimos.
A medida que lee y responde estas nueve preguntas, recuerde la paciencia y el tiempo de Dios. Van a haber algunos aspectos del diseño de Dios en los que puedes participar inmediatamente. Pero también van a haber maneras en las que usted querrá servir a Dios, que van a requerir que madure más o estar equipado antes de que esté preparado para cumplirlas. La cosa principal es comenzar a tener una visión para la vida que envuelve ser un siervo de Dios y participar activamente con esa visión donde usted está actualmente equipado.
1. ¿Estoy dispuesto a comprometer mi vida en lo que sea que Dios me pida? Esta es una pregunta que “no puede pasar”. Si su respuesta es “no” va a influir en las respuestas que usted dé a las subsiguientes preguntas. No se pierda en la culpa o pretenda que su respuesta sea “si” (ambas respuestas le llevaran de nuevo al pecado). En su lugar, identifique el obstáculo. ¿Cuál es el precio que usted no está dispuesto a pagar? ¿Hay cosas específicas que usted cree que Dios le está pidiendo? Este seguro de anotar sus pensamientos sobre esta pregunta antes de reflexionar en las preguntas subsiguientes.
2. ¿En qué roles que el Señor me ha dado he sido negligente? La primera parte de ser un buen administrador de la vida es cumplir con los roles principales con excelencia. Asíِ por ejemplo cuando Pablo dice en Efesios 5:17 que debemos “entender cuál es la voluntad del Señor” el continúa describiendo el diseño de Dios para los roles mayores en la vida (Conyugue, padres, hijos, y trabajadores en 5:22-6:9).
3. ¿Cuáles son mis dones espirituales? Ser un administrador sabio de su vida para la gloria de Dios, envuelve utilizar los dones espirituales que Dios le ha dado. Dios le da dones espirituales que coinciden con el llamado que el pone en la vida de cada individuo. Lea Romanos 12:1-8 y 1 Corintios 12:1-30. Si usted necesita más ayuda para discernir esto, hable con un pastor acerca de tomar el inventario de dones espirituales.
4. ¿Por qué clase de personas (en términos de edad, carrera, nacionalidad, lenguaje, etc.) tengo carga? Del primer pacto de Dios su intención era bendecir a su pueblo para que ellos fueran de bendición para otros (Génesis 12:2). Invertir su vida en aquellos por los cuales tiene carga le permite estar preocupado por otros y encontrar gozo en hacerlo.
5. ¿Qué es lo que me apasiona? En este punto de la evaluación de administración, usted puede empezar a ver el Salmo 37:3-8 cumplido en su vida. ¿Cuáles son las delicias exaltantes de Dios que usted ve en su vida? (Vea v. 4). ¿Cuáles son las cosas saludables a las que usted se puede entregar – las cosas que le llenan de energía porque usted participa de ellas?
6. ¿Con qué talentos o habilidades me ha bendecido Dios? Estos no solo tienen que ser los dones espirituales de 1 de Corintios 12 o Romanos 12. Lea la maravillosa descripción de las habilidades que Dios le dio a Bezaleel y cómo el uso esas habilidades para servir a Dios (Éxodo 31:1-11). Piense acerca de las habilidades y experiencias que ha acumulado en su vida.
7. ¿Cuáles son mis experiencias únicas en la vida? Anote ambas, experiencias placenteras y no placenteras. Somos tentados a pensar que Dios solo puede usar las experiencias buenas o “espirituales” de nuestra vida. Dios se complace en usar nuestros éxitos (Mateo 5:16), pero Dios también se deleita en desplegar su gracia al transformar nuestros puntos bajos para su gloria (2 Corintios 1:3-5).
8. ¿Dónde coinciden nuestros talentos y pasiones con las necesidades en mi iglesia y comunidad? Debemos buscar administrar nuestras vidas en cooperación con la iglesia local. La manera de Dios de bendecir y madurar a los que sirven es a través del cuerpo de Cristo, la iglesia. Al identificar donde encajan o se expanden tus dones, cargas, pasiones, y habilidades dentro de los ministerios de la iglesia, usted va a maximizar el impacto que su servicio puede tener en aquellos a los que busca bendecir.
9. ¿Cómo me hará Dios poner todo esto junto para glorificarlo? No es una nueva pregunta, sino una pregunta de resumen. Mire a lo que ha respondido en las primeras ocho preguntas. Hable de eso con sus amigos cristianos, familia, mentores o pastores. Dedique tiempo en oración y pídale a Dios que le dé sentido de dirección. Entonces comience a servir como una manera de administrar su vida para la gloria de Dios.
ESCRITO POR: BRAD HAMBRICK | TRADUCIDO POR: MARTHA VELAZQUEZ
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