Jonathan quería comprometerse con Julie. Ellos han estado saliendo por casi un año y las cosas parecían ir bastante bien. Han llegado a conocerse y encariñarse demasiado. Motivan su Fé entre ellos. Cuentan con familiares y amigos que los estiman mucho como personas (individuos) y como pareja. Han conocido a sus respectivos padres. Con el paso de los días, han ido acercándose más y más a la etapa de comprometerse en matrimonio. ¿Qué ha faltado?
Hace algunos días, Jonathan se sentó en mi sofá y con una mirada de terror, me dijo: “No quiero contarle acerca de mi pasado. Me da miedo el que no vaya a perdonar las estupideces que hice previo a conocerla”.
Hay una fuerte tentación en momentos como este a “no” decir nada. ¿Por qué?. Porque el esconder es fundamental en la manera en que el pecado trabaja. Los pecadores se acobardan en la oscuridad y odian ser expuestos a la luz. Imaginate a Adán y a Eva en el Jardín del Edén después de comido el fruto prohibido. Ellos se cubrieron asímismos con hojas de higo y se escondieron detrás de un árbol porque estaban avergonzados y se sentían culpables, ellos no querían exponerse. Como el viejo refrán dice: “El que nada debe, nada teme”, ¿cierto?
Si tú estás saliendo con alguien ahora, ¿temerías contarle acerca de tus pecados pasados? Si has estado batallado con pecados dificiles del pasado, o si estás lidiando actualmente con pecados que consideres relevantes, es importante hablar con tu futura(o) esposa(o) de esos temas.
¿Por qué habrías de hablar con honestidad, a tu novia(o), previo a comprometerse en matrimonio? Porque es muy importante que la otra persona realmente conozca con quién se casaría. ¡Sin secretos! No escondas tus pecados. ¡La suciedad crece en la oscuridad, no en la luz! A través de la honestidad y manteniendo siempre las cosas expuestas a la luz, es la manera más redentora de manejar cualquier relación (Efesios 5:1-14). Entonces, ¿qué tanto de ésto debes aplicar en la relación en la que te encuentras, especialmente si estás tratando con la persona que quisieras convertir en tu compañera(o) de vida?
Demasiadas parejas esconden sus pecados a medio matrimonio, y esa decisión tristemente los inhibe de la habilidad necesaria para construir una genuina intimidad. Tu objetivo en el matrimonio es llegar a ser una sola carne (Génesis 2:24) -ser unificados- y nunca podrás lograrlo si permites que el pecado se interponga entre ustedes. El esconder tus pecados durante una relación seria o mientras te encuentras comprometido(a) en matrimonio representa un pobre antecedente.
Existen dos tipos de pecado que deberían ser revelados durante una relación seria (o durante la etapa de compromiso), previo al matrimonio: tonterías en tu presente, y aquellas hechas en tu pasado.
Insensatez en tu presente
Aquellas tonterías que se están cometiendo actualmente necesitan ser discutidas entre la pareja, en detalle, porque pueden tener enormes implicaciones a la relación de inmediato. Es necesario ser sabios en el nivel de detalles que se manejen, por tal se recomienda buscar el consejo de un adulto, alguna persona que viva en un matrimonio sano, que pueda hablarles previo a iniciar dicha conversación.
Se requiere que escuchen lo suficiente para saber: 1) Cómo ser un aliado consigo mismo y en contra de sus pecados. 2) si, él/ella busca casarse en medio de dichos problemas. Cada esposo y esposa tienen problemas (¡Porque todos somos unos pecadores!) pero una de las decisiones que haces al elegir al esposa(o), es ¿cuáles? y ¿qué tipo de pecados estás dispuesto(a) a vivir con, como parte de tu matrimonio?
Para lidiar con las tonterías de tu presente durante una relación seria, considera la parábola del sirviente malvado en Mateo 18. Nota como el perdón de Dios a nuestra enorme deuda debería motivarnos lo suficiente para extender perdón a tantas deudas pequeñas que cometemos entre nosotros. Compara la diferencia entre la deuda del sirviente malvado, en el versículo 24 y el sirviente compañero con su deuda, en versiculo 28. Advierte cuánto más grande era la deuda entre el sirviente malvado y el rey; y en consecuencia, cuán tonto fué éste al no tener la intención de perdonarle a otra persona una deuda mucho menor a la que a él le fue perdonada.
El principio es simple: aquellos que han sido perdonados continuamente, verán más profundamente la gracia de Dios; así que no nos sorprenda su capacidad de estar deseosos de perdonar a otros, como a ellos se les ha perdonado. El hecho de que Dios nos haya perdonado primero (Efesios 4:32) nos desborda, dándonos esa capacidad de perdonar a otros también.
Aquellos que han sido perdonados continuamente, verán más profundamente la gracia de Dios; así que no nos sorprenda su capacidad de estar deseosos de perdonar a otros, como a ellos se les ha perdonado.
Insensatez del pasado
Tonterias hechas en tu pasado hablan de una etapa ya pasada de tu vida. En la medida en que estas tomando este gran paso al comprometerte en matrimonio, buscas que tu futura(o) esposa(o) se sienta confiada(o) acerca de la persona con quien se casará. Compartir los pecados del pasado es una parte importante de revelar quienes somos y con qué estámos lidiando.
Los pecados sexuales son los que la gente debe compartir más comunmente al exponer su pasado pero una gran variedad de otro tipo de pecados también debieran incluirse en esta categoría (deudas financieras, adicciones a drogas o alcohol, desordenes alimenticios, etc…). De cualquier manera, muchas personas están temerosas de compartir dichos pecados porque le temen al rechazo. Pero si ellos son honestos, y si Dios ya los ha perdonado, ellos pueden tener la certeza de que en algún momento (o posiblemente de inmediato) el/la futura(o) esposa(o) aceptará que los pecados han sido cubiertos por la gracia de Dios.
Cuando compartes con tu novia(a), la regla es plantear tus pecados desde una perspectiava general en vez de ser específicos. No hay necesidad de ir a los detalles en el tema (con una excepción, descrita líneas abajo). Si tu novia(o) te pide más detalles, sé cuidadoso(a) en cuánto más le describirás porque: 1) Él/ella podría tener una falsa noción y al darle más información le dará, de alguna forma, mayor control sobre tus problemas, lo cual es un engaño. 2) Tu pecado ha sido pagado ya, una sola vez, por Cristo; asimismo, has recibido el perdón de Dios por dicho pecado. No necesitas re-crucificar tu pecado a través del análisis de tu futura(o) esposa(o). Dale los detalles suficientes para que pueda entender la naturaleza de tu pecado -¿qué fue? y ¿cuándo ocurrió en tu vida?-. Después de esto, busca avanzar en conjunto con tu presente.
Con relación al pecado sexual de tu pasado, lo clasificamos en tres categorías:
Pornografía – “hard porn” en revistas, o más comúnmente, “soft porn” disponible en internet.
Sexo prematrimonial
Pecados escandalosos – dormir con prostitutas, visitas a clubes nudistas, sesiones de masajes, etc…
En los casos de pornografía y sexo prematrimonial, sé más general al compartir tus pecados del pasado con tu pareja. Para aquellos pecados sexuales escandalosos, compártele más detalle y ofrécele resolver cualquier duda que se le pudiera ocurrir. Pero no porque tus pecados hayan sido escandalosos significa que tu pareja deba ser demasiado dura contigo. Una vez que hayas revelado y hablado de tus pecados, la misma respuesta cristiana es requerida como si se tratara de cualquier otro pecado - perdón en Cristo (Efesios 4:32).
Ser así de vulnerable con tus pecados del pasado es algo muy complicado de tratar y exponer con tu pareja. Toma en cuenta que tu futura(o) esposa(o) siempre preferirá honestidad, sobre mentiras. Esconder tu pasado es básicamente mentirle a la otra persona. Cuando te casas, tienes la expectativa de conocer a tu esposa(o). Es muy probable que tu novia(o) esperará poder caminar contigo y ayudarte en tu batalla (pecados) pero al contrario, estaría muy molesta(o) y decepcionada(o), si se entera que has estado escondiendo cosas acerca de tu pasado.
Ser vulnerable con los pecados de tu pasado promueve un sano patrón de apertura y honestidad en una relación. También sirve para proteger tu futuro matrimonio. Si tus problemas del pasado regresan, contarás con un(a) esposa(o) equipada(o) con conocimiento acerca de tus viejos problemas que esté lista(o) para ayudarte a pelearlos. Un(a) esposa(o) que ignora tus problemas, difícilmente podría ayudarte en dicha tarea.
Si estás considerando salir con alguien, busca qué tan fácil le resulta admitir sus faltas. La confesión y la honestidad son buenas para el alma (Proverbios 28:13-14), y construyen fortaleza en un matrimonio.
En el momento en que tu pareja confiese pecados del pasado, una pregunta a considerar es: ¿hoy en día (él/ella) vive de una forma realista en la que tome en cuenta esos pecados y faltas del pasado? Por ejemplo, considera a un jóven que lidiaba con pornografía en su pasado pero en su computadora no tiene instalado un software que bloqueé esta información, o bien, con el soporte de amigos. ¿Se muestra ignorante o inocente en relación a ese pecado? Sin duda, su novia debería estar preocupada por su trato ligero ante este pecado y la manera en que ha venido minimizando viejos problemas. Ella no debería permanecer en la relación si la disposición de su novio ante su pecado no cambia/mejora.
Una dura conversación
De vuelta a mi amigo Jonathan; siguió adelante y tuvo una fuerte conversación con Julie. Yo deseaba haber podido decir que Julie era rápida para perdonar pero no fue así. De entrada, a ella no le cayeron muy bien las noticias. Ella oró, buscó escritos, y (con el permiso de Jonathan) habló con un pastor, sus padres y amigos cercanos. Después de unos días, ella regresó y le dijo que quería continuar. Ya que como Dios lo había perdonado, ella también quería perdonarlo. Ahora que Julie sabía del pasado complicado de Jonathan, planeó dejar el incidente atrás (1 Corintios 13:6) mientras ellos construían un futuro juntos.
¿Qué habría pasado si Julie hubiera decidido romper la relación? Jonathan hubiera caído en la mentira de creer que todo se había arruinado por haber expuesto su pecado. Aún si Julie hubiera decidido no continuar dejando todo en el pasado, con todo y lo duro que hubiera podido ser; aún asi, la situación no habría hecho a Dios menos fiel. Para los cristianos, vivir en la luz -una vida de honestidad, vulnerabilidad y transparencia- es el llamado más importante por el cual debemos regir nuestras vidas, siguiendo los pasos de nuestro Salvador.
Deepak Reju