“Estoy empezando a considerar que todos los hombres son depredadores sexuales a escondidas”. Después de un año de trabajar en casos relacionados con traumas por abusos sexuales, esas fueron las palabras que oí en mi mente. Estaba abriendo las puertas a la duda sobre el plan de Dios para la humanidad. ¿Te ha pasado alguna vez? ¿Has estado en una serie de consejerías con casos relacionados a adulterio, y salir con un mal sabor de boca respecto al matrimonio? ¿O qué tal, esa aversión hacia el liderazgo de la iglesia, después de observar las consecuencias de varios casos de consejería donde no hubo un cuidado correcto?
El trabajo de los consejeros involucra el estar con personas que han sido quebrantadas, por las consecuencias de un mundo lleno de pecado. Y al estar conviviendo tan cerca de ese mundo; se puede volver tentador cambiar el rumbo. Con base en principios lógicos; cuando infieres que algo es verdadero acerca de un conjunto o grupo, solo porque es verdadero acerca de una o varias de sus partes. Estás cayendo en la falacia de la composición. Como consejeros, tendemos a caer en ella de una manera regular. Cuando vemos la parte pecadora, tendemos a rechazar la parte completa. Así que, siendo consejeros bíblicos, ¿cómo podemos mantener fija nuestra mirada en esa redención que muestra la obra de Dios y luchar contra el escepticismo; mientras ayudamos a aquellos que han sido rotos y golpeados por el pecado?
1. Practica rutinariamente la conexión entre las partes y el todo.
Imagina lo que sucedería si los cristianos escogieran ver pecado en el mundo solamente, y nunca creer en el plan redentor de Dios. Nadie asistiría a la iglesia, nadie se involucraría en relaciones. ¿Cuál es el punto; si solamente estás esperando lastimar a alguien o que te lastimen? Aunque esto parezca extremo; mientras damos consejería, a menudo son mostradas las experiencias trágicas de lo pecaminosa que es nuestra humanidad. La tentación constante provoca que esa experiencia se vuelva un rey – empezamos a creer que la parte pecadora debe ser la parte completa de la realidad. Si tantas Iglesias han protegido a abusadores: de seguro todas las iglesias no son un lugar seguro para aquellos que han sufrido de abuso. Si tantos embarazos terminan en abortos naturales, ¿para qué incluso intentar tener un bebé? Ya que hay una gran cercanía con el dolor de las otras personas; puede suceder que nuestra visión se acorte y no veamos el plan de Dios y Su obra en la gente, o simplemente lo olvidemos. Mientras más escuchamos las tragedias en las vidas de otros – la parte parcial – entonces más tentados estamos a separarlo de lo completo – Dios.
¿De qué manera deberíamos de ver las experiencias de nuestros aconsejados? Sin duda, nunca deberían de ponerse en segundo plano. La experiencia forma parte de las herramientas que Dios utiliza para que nuestra fe crezca. Es nuestro trabajo ayudar al abusado a encontrar refugio lejos del abusador: la persona dañada y lastimada debe encontrar esperanza y restauración en la Palabra de Dios. Nuestro trabajo no es hacer a un lado esas experiencias o aislarnos de ellas, más bien conectarlas a la parte completa de manera continua. Debemos cuestionarnos a nosotros mismos – ¿cuál es la creencia que está provocando en nuestros corazones al sumergirnos en sus experiencias?
Antes, durante y después de cada sesión, nuestro trabajo es examinarnos y examinar lo que sabemos de Dios. ¿cómo se relaciona la experiencia del aconsejado con la foto completa de la humanidad? ¿La experiencia de solo una persona en la iglesia significa que todas las iglesias son malas? ¿La experiencia de solo una persona en el matrimonio significa que el matrimonio en sí está mal? Y yendo un poco más allá, ¿qué representa su experiencia en el plan de redención? ¿Toda la humanidad es pecaminosa? Sí. Pero incluso toda esa humanidad llena de pecado, forma parte de la narrativa en la historia de Dios.
El todo nunca debe empezar y terminar con nosotros; siempre somos una parte en relación al todo, que es Dios: “¿Qué en Su mano está la vida de todo ser viviente, y el aliento de todo ser humano?” (Job 12:10). Dios mismo es nuestra definición de la verdad. Por lo tanto, cuando queremos ver el todo del matrimonio, volteamos a ver lo que Dios ha dicho al respecto. Cuando deseamos pensar en el todo de la iglesia, regresamos a Su Palabra para recordar lo que ha dicho Dios de ella. Nunca dejes que tu experiencia en la parte te deslinde del resto del todo. La raíz de toda la realidad es Dios mismo (Col 1:16), así que no debes de parar por la experiencia de tu aconsejado.
2. Tu Fe en el Todo Debería Mantenerte con Compasión hacia las Partes.
Si Dios es el estándar para nuestra realidad, entonces lo grotesco del pecado debería hacernos intensamente conscientes de Su plan de redención, y también extremadamente compasivos por aquellos que están aplastados por el pecado. Ya que confiamos en la Palabra de Dios; acerca de lo bueno que es convivir con nuestros hermanos y vivir en hermandad, mantenemos la fe en Su obra a través de las instituciones que Él ha establecido. Sin embargo, como creemos en Su santidad, también lloramos y lamentamos con aquellos que han sufrido por estas instituciones.
Los consejeros necesitan aprender a llevar el terrible peso del sufrimiento, así como la grandiosa esperanza del Evangelio, para poder llorar con el aconsejado por su dolor y ayudarlo a encontrar consuelo y redención. Por ejemplo, si tu aconsejado ha sido lastimado por la iglesia; no lo alientes inmediatamente a que asista a una, como si no hubiera sucedido nada. Si ha sido lastimado por otros, no lo apresures a que lo supere y que vuelva a experimentar el estar en comunidad. Más bien, escucha y lamenta pacientemente, y con mucha oración de respaldo, después puedes enseñarle desde una perspectiva bíblica respecto a sus heridas.
Poner tu esperanza en Dios significa: aborrecer el pecado que distorsiona Sus buenos regalos y afligirse con aquellos que han sufrido por esas distorsiones, manteniendo el diseño de Dios como bueno. Al saber quién es Dios, debemos aborrecer el pecado que nuestros aconsejados a menudo experimentan en su iglesia, relaciones, y sus propios corazones. Debemos ayudarlos de una manera práctica a recuperarse del pecado de otros y alejarse del suyo. Por ejemplo, un aconsejado puede que necesite dejar una situación de abuso, terminar un matrimonio o cambiar de iglesia. Es nuestro deber ser instrumentos de ayuda y aconsejar en estas situaciones.
Y aun ayudando a un aconsejado a recuperarse de su dolor, nunca debemos dejar a un lado la Palabra de Dios y Su diseño para la humanidad como un todo. No está en nuestro papel decir que el diseño de las relaciones y las instituciones está mal, y aunque la práctica de estos diseños está en un mundo caído y lleno de pecado, somos responsables de alentar, exhortar, advertir y resistir con otros fielmente.
Así que, consejero, ya que tu esperanza está puesta en Dios, eres defensor del matrimonio como Su institución, y te afliges cuando lo ves que está siendo torcido y roto.
Consejero, ya que tu esperanza está en Dios, crees que el sexo es un regalo y un acto de adoración, y te afliges cuando lo ves usado para corromper, destruir y dañar a otros.
Consejero, ya que tu esperanza está en Dios, te rehúsas a rechazar a la iglesia local y universal, y te afliges cuando la ves desmoronarse y lastimando a sus miembros.
Consejero, ya que tu esperanza está en Dios, crees que todos los hombres y mujeres tienen un valor inherente porque han sido creados por Dios, y te afliges cuando son tratados sin valor o de manera inferior por su género, raza, habilidades o estatus.
Por la razón que sea que tu corazón esté albergando, y que lo lleve a estar duro en la consejería, ora al Señor para que lo vuelva blando y te ministre humildad, para que puedas ser reconfortado por Su sabiduría soberana.
Preguntas de Reflexión
1. ¿En qué área de tu ministerio de consejería estás siendo tentado a volverte escéptico acerca de Dios o Su diseño para Su pueblo?
2. ¿De qué manera puedes corregir tu escepticismo usando la Palabra de Dios?
Sobre el autor
Bekka French es una consejera certificada por ACBC y tiene una maestría MABC por la The Master’s Univeristy. Además de su labor en consejería, trabaja como mentora en el programa de consejería bíblica en SBTS. Ella y su familia se mudaron recientemente a Milford, Ohio donde su esposo sirve como pastor en la iglesia Faith Church.
Traducido por: Daniela Rojo / Mariana Robles
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