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DANDO GRACIAS CON CONTENTAMIENTO


¿Alguna vez ha tenido un año en el que ha pensado que el día de acción de gracias no encajaba muy bien? Recesión financiera, pérdida de trabajo, desastres naturales, políticas malvadas. Añade a esto las veces que la gente ha pecado en contra de ti a través de chismes imprudentes, promesas rotas, relaciones descuidadas, o negocios deshonestos. O sí, más la familia con problemas de salud, quizás aun tus propias dificultades de salud. A medida que nos reunimos con amigos y familia este año, con toda honestidad, muchos en nuestras Iglesias van a encontrar difícil orar con un corazón agradecido en el honrado tiempo de acción de gracias en familia.


Quizás usted podría estarse preguntando. “¿Cómo puede Pablo decir que él ha aprendido, a pesar de las circunstancias, a estar contento (Filipenses 4:11)?” Considere las circunstancias de Pablo: Él está escribiendo desde la prisión. Otros (incluso predicadores) han escogido pecar en contra de él. Él no está seguro de si va a vivir o a morir. Algunos en la iglesia están predicando un falso evangelio. Los buenos amigos no se estaban llevando bien. Aun así, a pesar de todo esto, Pablo puede decir… independientemente de donde yo esté y lo que esté sucediendo, yo encuentro la manera para estar contento.


Fundamento del contentamiento de Pablo

Cristo estaba al centro de la vida de Pablo, su relación con Cristo estaba basada en la obediencia humilde de Cristo al Padre y no en sus (Pablo) esfuerzos (Filipenses 2:5-11; 3:3-7). Pablo mantiene una clara visión de la cruz y sus implicaciones para la salvación. Él pensó de Cristo como su ejemplo – y el ejemplo para todos los creyentes, Cristo demostró cómo sufrir. Él desinteresadamente vivió la vida no para su propia gloria, comodidad o planes; en su lugar, Cristo acepto la voluntad de Dios para su vida en total sumisión, ya que perfectamente amó a Dios y sirvió a otros.


Pablo también determinó ganar a Cristo, ser encontrado en Cristo y conocer a Cristo, específicamente el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos (Filipenses 3:8-11). Pablo entendió que Dios no lo aceptó basado en su propia justicia. Las cosas que parecían justas desde la perspectiva de Pablo eran como basura. En su lugar, Pablo gozó la justicia de Cristo y vivió en el poder de la resurrección. Igualmente, Pablo consideró natural y correcto sufrir por Cristo. Puesto que Cristo sufrió más que cualquier otro para proveer justicia, Pablo quería participar en el mismo sufrimiento como un medio de adoración y gratitud.


Él quería cumplir con el propósito de Dios para su vida (Filipenses 3:12-14). Pablo aceptó la meta de Dios para su vida. Él entendió cuando fue salvo, que Cristo tenía ciertas expectativas, reconoció cuando se convirtió en un seguidor de Cristo que Cristo tenía una agenda, él había sido salvo con propósitos específicos en mente. Por lo tanto, él hizo de su ambición ser como Cristo.


Pablo también esperó ansioso el gozo del regreso de Cristo. En otras palabras, él vivió la vida en la tierra con la vida en la eternidad en perspectiva. (Filipenses 3:17-4:1). Otros, a quienes Pablo llamó enemigos de la cruz, vivieron para esta tierra, hoy, gloria y comodidad presente, mientras que Pablo vio la esperanza garantizada de estar finalmente con Dios y tener un cuerpo glorificado para motivarlo. Con la eternidad como el lente para ver la vida, él llamó a los creyentes a permanecer firmes en el Señor.


Entonces, ¿cómo podría Pablo estar contento siendo un prisionero, con otros que proclamaban a Cristo pecando en contra de él, y sin saber si iba a vivir o morir? Pudo porque él veía la vida a través del prisma del evangelio: lo que Cristo hizo en el pasado, lo que Cristo está haciendo en el presente, y lo que Cristo hará finalmente en el futuro. Por esto es que él concluye, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”


¿Cómo crecer en su contentamiento?

  1. Primero mantenga una lista constante de cosas por las que está agradecido. Añada diez cosas nuevas cada día de Lunes a Viernes. Luego Sábado y Domingo revise su lista. Usted también puede comenzar a orar a Dios al específicamente leerle la lista,

  2. Experimente el evangelio todos los días. Tome tiempo diario para considerar el amor de Dios, la humilde obediencia de Cristo que lo llevó a su muerte, el ministerio siempre presente del Espíritu, el gozo de vida en el cuerpo de Cristo, el privilegio de tener acceso libre al trono de Dios a través de la oración.

  3. Memorice por lo menos un verso cada semana, tome tiempo para considerar su significado y cómo se aplica a la situación en su vida.

  4. Desarrolle una lista de oración con un enfoque específico en su iglesia, la familia de su iglesia y otros.

  5. Encuentre por lo menos una persona o familia cada semana para servirle sin esperar nada a cambio.

Cada una de estas cinco primeras respuestas va a mantener su atención en Cristo y otros y no en sus propias circunstancias.


Palabras finales

Pablo demostró en medio de circunstancias increíblemente duras que el contentamiento fluye de una vida totalmente rendida a Dios. Entonces a medida que vivimos la vida, también podemos crecer en contentamiento a medida que nos enfocamos, gustamos y gozamos la vida como “Redimidos”. Cuando nuestras circunstancias se hacen más grandes a nuestros ojos que la realidad de la vida en Cristo, en solo cuestión de tiempo para estar descontentos. Sin embargo, cuando mantenemos nuestra mente (hombre interior) comprometidos con lo que es correcto y nuestras acciones consistentes con ello (Filipenses 4:8-9), el contentamiento crecerá. Que Dios le bendiga ricamente en Cristo.


Kevin Carson (D.Min.) Es un esposo, padre de cuatro hijos, pastor, profesor (www.gobbc.edu), blogger (kevincarson.com), autor y consejero certificado. Le encanta servir a Cristo, a su familia, al cuerpo de Cristo y a su comunidad.

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