La consejería es una decisión importante. Una vez que comiences, es útil que estés comprometido con varias prácticas durante el proceso. A continuación se presentan algunas sugerencias que considero importantes para cultivar la experiencia de consejería más eficaz.
Se Honesto
Esto puede parecer obvio ¿Por qué alguien invertiría tiempo, y en ciertos casos dinero, para reunirse con un consejero y no sería honesto? Puede que te sorprenda saber por qué pasa esto, pero lo que puede ser más sorprendente es descubrir que podrías identificarte con estas razones. La Honestidad no se trata solo de lo que revelas sino también de lo que ocultas.
Puedes sentir que estás siendo honesto porque lo que compartiste en tu sesión fue la verdad. Sin embargo, lo que no se compartió puede ser igual o incluso más general para presentar una imagen precisa de la situación. La sinceridad es arriesgada pero necesaria en la consejería.
Una razón por la que la gente oculta información es por miedo al hombre, una tentación común en todos. No es que tengas miedo de tu consejero; más bien, puedes tener miedo de darle a tu consejero una razón para que le desagrades o que piense mal sobre ti. Otra razón común para ocultar información es el orgullo. El orgullo anima a mantener las apariencias.
Incluso en medio de la búsqueda de ayuda de un consejero. El deseo de salvar las apariencias puede sabotear tus pasos hacia la ayuda y la sanación si estás tentado a ser menos que completamente honesto.
La Escritura nos dice que guardar silencio sobre nuestros pecados o transgresiones ante Dios traerá miseria (Sal. 32:1-8). Debemos ser honestos ante Dios, pero también debemos ser honestos con aquellos a los que Dios provee para ayudarnos. En consejería, apóyate en honestidad y participa en la responsabilidad y sabiduría que pueden venir de confiar en tu consejero lo suficiente para ser honesto.
Ve más Despacio
Aquellos que sientan curiosidad sobre el proceso de consejería se preguntarán cuanto va a tardar. Ellos quieren saber cuántas sesiones de consejería serán necesarias hasta que se sientan mejor o hasta que su situación cambie. Esta no es una pregunta irrazonable, pero normalmente revela una manera incorrecta de ver la consejería y el proceso de cambio. Es importante recordar que tú no eres un problema que arreglar o resolver. Tú, como yo y todos los demás, eres un individuo complejo. Tu situación es compleja. Mereces la atención de una exploración cuidadosa. La consejería se ocupa de los problemas del corazón; se necesita tiempo para extraer lo que está ahí (Prov. 20:5).
Dios no tiene prisa. Él sabe lo que necesitas y sabe el mejor momento para lograr lo que se requiere. Vas a recibir consejería porque deseas un cambio, y el cambio es un proceso en el que aprendes más sobre tú y Dios. En el proceso es necesario descubrir los miedos, los deseos y las creencias. Es el proceso lo que a menudo es el punto. Es en el proceso que comienzas a ver lo que Dios te está enseñando. Cree en el proceso y evita las prisas por superarlo.
Orar
La Biblia dice que la oración tiene un efecto poderoso (Santiago 5:16). La oración cambia las cosas, y una de las cosas más importantes es que cambia tu propio corazón. Ora antes, durante y después de tu sesión. Ora para que tu corazón sea cambiado mediante el tiempo con tu consejero. Ora para que seas sensible a Dios y a su Palabra. Ora para que Dios te anime y fortalezca mientras buscas superar los desafíos que enfrentas.
Ora también por tu consejero. Estoy tan convencida de esto que consideré hacer de esto el único punto de la publicación. Los consejeros libran sus propias batallas con miedo al hombre en la sala de consejería. Ellos también pueden verse tentados a apresurarse hacia el cambio y pasar por alto momentos en los que una vez más se necesita una mirada larga a Jesús.
Tu consejero es humano, así como tú. Ellos tienen días buenos y malos. Tus oraciones por ellos son invaluables. Ora para que sean completamente dependientes del Espíritu Santo. Ora para que aconsejen a partir de una vida que permanece con Jesús. Como consejera las personas a las que aconsejo me han mostrado muchas bondades, pero de lo que más estoy agradecida es de la oración. Haz que sea una prioridad orar por tu consejero (1 Te. 5:25).
Ciertamente, hay más cosas que puedes hacer como aconsejado para maximizar el proceso de consejería, pero si tomas en serio estas tres cosas y las revisas con frecuencia, sacarás mucho más provecho de tus sesiones de consejería. Por lo tanto, si actualmente estás en consejería o si estás pensando en comenzar con ella; comprométete con estas cosas y considera compartirlas en una conversación con tu consejero para hablar sobre cómo te va en cada una de ellas.
Preguntas para reflexionar
1. Como aconsejado, ¿Estás comprometido a ser honesto, a ralentizar y a orar durante todo el proceso de consejería? ¿Qué otras prácticas ayudan a que tu experiencia de consejería sea más provechosa?
2. Como consejero, ¿Qué otras prácticas de consejería has encontrado útiles para ellos que cultiven la experiencia de consejería más efectiva?
Eliza es la Decana de Consejería Bíblica en Metro Baltimore Seminary y la Directora de Consejería en la Iglesia Bíblica McLean en Vienna, Virginia, donde supervisa los ministerios de atención y consejería. Proporciona capacitación y equipamiento en consejería para ayudar a los miembros de la iglesia a cuidarse unos a otros. Eliza recibió su maestría en consejería del Seminario Teológico Bíblico y tiene entrenamiento avanzado certificado de la Christian Counseling Education Foundation (CCEF). Ella es la autora de educación de un adolescente en un mundo hiper-sexualizado, y Enseñar a los Niños en un Mundo de pantalla-saturada. Ella y su esposo Ken se casaron en 1992 y tienen tres hijos adultos jóvenes y una hermosa nuera.
Traducido por: Zoar Carrillo / Mariana Robles