La consejería provee muchas oportunidades para conocer a mucha gente diferente. Las diferencias más significativas entre las personas no son sus características físicas, género, edad o grupo étnico. Sin duda, éstas son piezas importantes de información sobre su aconsejado, pero la Biblia pone más énfasis en el estado espiritual de una persona: dónde está el aconsejado en su relación con Dios, cómo está respondiendo a Él y qué tanto ama a Jesús, son aspectos cruciales para saber cómo tener un ministerio en consejería más eficaz. Como consejero debes conocer información general acerca de tu aconsejado para evaluar su estado espiritual.
El estado espiritual de tu aconsejado determinará tu estrategia espiritual en la consejería. Pablo fue muy claro en 1Tesalonicenses 5:14: “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”. Amonestar, alentar y brindar ayuda apropiada son formas de acercamiento que apuntan hacia diferentes situaciones espirituales. Entonces, ¿quién es tu aconsejado?, ¿dónde está tu aconsejado en su relación personal con Dios?
Evaluar la condición espiritual de un aconsejado
Evaluar la condición espiritual de nuestros aconsejados no es una tarea fácil. Sí no somos cuidadosos, juzgaremos erróneamente a los aconsejados por no ser capaces de ver sus corazones. Los podemos juzgar de manera incorrecta debido a la falta de amor cristiano y a un reducido discernimiento bíblico. La buena noticia es que la Escritura describe abundantemente la condición espiritual del hombre. Es posible incrementar una “intuición” bíblica y santificada, no como una especialista cristiano que se encarga del pecado, sino con el fin de conocer al aconsejado para amarlo con el enfoque correcto y necesario. Dios es glorificado cuando los consejeros aman a sus aconsejados apropiadamente y con una fidelidad bíblica.
Consideremos a Faraón, el rey de Egipto que endureció su corazón, como ejemplo de cómo la Palabra de Dios describe el estado espiritual de un individuo. Faraón es una intrigante figura bíblica dentro de una narración fascinante. Como la trama se desarrolla, Faraón se vuelve un ejemplo de ceguera espiritual a pesar de las atroces circunstancias. ¿Qué está sucediendo? Faraón tiene un corazón endurecido (Éxodo 4:21). Mientras cada una de las plagas se expande, la Biblia menciona una pieza adicional de información acerca del corazón endurecido.
Características de un corazón endurecido
Un corazón endurecido no obedece a Dios (Éxodo 7:13,22). Esta es la primera y la característica más obvia que se percibe en un aconsejado con un corazón endurecido. No obedece a Dios. Sin embargo, desobedecer no es exclusivo de un aconsejado de duro corazón. Se deben considerar todas las características juntas para tener un mejor entendimiento del corazón endurecido. Al igual que Faraón no obedeció el mandato de Dios de dejar salir a la gente de Egipto, un aconsejado con un corazón endurecido se rehúsa a seguir la Palabra de Dios.
Un corazón endurecido no cambia a pesar de haber sido librado de circunstancias difíciles (Éxodo 8:15). Inmediatamente después de la segunda plaga, Faraón demostró el típico patrón de comportamiento de un corazón endurecido. Después de haber sido librado de circunstancias difíciles, un aconsejado no cambia e insiste en la misma forma de vivir. No está buscando un cambio interno sino un alivio externo.
Un corazón endurecido no reconoce el “Dedo de Dios” (Éxodo 8:19). Incluso los hechiceros Egipcios reconocieron el “Dedo de Dios”. Algo era diferente. Una persona con un corazón endurecido no reconoce las realidades espirituales a su alrededor. Un individuo endurecido no puede ver la manera en que Dios está trabajando con su situación, a pesar de tener una familia, parientes cercanos y amigos diciéndole lo que está sucediendo.
Un corazón endurecido podría querer algo de Dios (Éxodo 8:28), pero no escucha a Dios. Al final de la cuarta plaga, Faraón se muestra receptivo ante algo diferente: “orad por mí”. Sin embargo, su persistente negación de dejar ir al pueblo demuestra que mientras él quiere algo de Dios (¿socorro?) no está dispuesto a escuchar a Dios. Tu aconsejado está buscando algo. Incluso, me atrevería a decir que está buscando algo de Dios (por supuesto, buscó a un consejero bíblico), pero no está dispuesto a escuchar todo el consejo de Dios.
Un corazón endurecido espera que la Palabra de Dios falle y no reconoce su fidelidad (Éxodo 9:7). Faraón no creyó que el ganado de Israel no muriera debido a la plaga, así que envió gente a inspeccionar con anticipación para ver el fracaso de la Palabra de Dios. Los aconsejados de duro corazón esperan que la Palabra de Dios falle y desprecian las advertencias de la Escritura como si la Palabra de Dios no fuera verdad. Usualmente, no hay mucho énfasis en la gracia de Dios y esperan que Su santo juicio fracase.
Un corazón endurecido permanece endurecido incluso bajo un dolor severo (Éxodo 9:8-12). A la mitad de las plagas, Faraón estaba en una situación miserable y aun así se endureció. La situación era tan mala que “los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del salpullido” (Éxodo 9:10). Los aconsejados de duro corazón no se ablandarán a pesar del severo dolor. Puedes esperar ver a tu aconsejado en grande sufrimiento y mantenerse en la necedad su pecado.
Un corazón endurecido podría pronunciar las palabras correctas (Éxodo 9:27). Al igual que Saúl (1 Samuel 15:24, 30), Faraón dijo las palabras correctas: “He pecado”. Estas son las primeras palabras que cada consejero tratando con pecadores necios quiere oír. ¿Es este el primer paso hacia un cambio verdadero? ¡Podría ser! Pero los aconsejados de duro corazón dicen las palabras adecuadas sin tener la intención real de cambiar.
Un corazón endurecido no reconoce su propio caos (Éxodo 10:7). Es muy interesante que los servidores de Faraón estaban listos para dejar salir al pueblo de Israel. Ellos reconocieron que Egipto estaba en ruina, mas Faraón no lo hizo. El daño era muy severo (ver #6).
Un corazón endurecido culpa al mensajero, en lugar de reconocer su condición (Éxodo 10:28). Faraón se enojó. No con su pecado, sino con Moisés y con Dios. Un corazón endurecido culpa al mensajero y a Dios, en vez de reconocer su condición.
Un corazón endurecido estará tan lastimado que no sanará (Prov. 29:11). ¿Cuánto tiempo? ¿Por cuánto tiempo el aconsejado de duro corazón continuará en su pecado? No sabemos. De la misma forma que Dios hirió a Faraón después de diez advertencias, Él tiene una limitada (pero compasiva) paciencia. El juicio no viene de inmediato porque Dios es misericordioso y clemente. No obstante, el juicio vendrá porque Dios es santo y justo. Juicio cayó sobre Faraón y caerá sobre tu aconsejado también. ¡Amonesta a los ociosos!
Hay esperanza para el corazón endurecido
Conocer las características de un corazón endurecido no es suficiente. El amor cristiano y la amonestación bíblica, no solamente expondrán el duro corazón sino que los dirigirá hacia Cristo. Jesús interactuó con “corazones endurecidos” quienes no pudieron entender ni discernir las cosas espirituales (Marcos 6:52 hasta 8:4). Jesús no solo pasó tiempo con los de “corazón endurecido”, sino que también murió por ellos. Hay esperanza. Tener un corazón duro es una condición espiritual. Por lo tanto, utiliza armas espirituales: ora, consulta la Palabra y muéstrales a Jesús. En el tiempo perfecto y soberano de Dios, Él abrirá sus ojos y ablandará sus corazones. Jesús es el verdadero “cambia-corazones”.
Preguntas para reflexionar
¿Cuál es tu típica reacción frente a un aconsejado con un corazón endurecido?, ¿cómo es que tu estrategia empata con su condición espiritual?, ¿Cómo cambia, el hecho de que Dios es soberano, tu perspectiva al momento de aconsejar a un “corazón endurecido”?
Sacha Mendes se graduó de la Universidad de Sao Paulo con una licenciatura en Economía. Recibió entrenamiento en teología del Seminario Bíblico Palabra de Vida (Brasil), una maestría en Consejería Bíblica de The Master’s University, un Maestría en Divinidad de Faith Bible Seminary y un Doctorado en Ministerio en Predicción Expositiva del Southeastern Baptist Theological Seminary. Sacha actualmente se desempeña como pastor principal en la Iglesia Bautista Maranatha en Sao Jose dos Campos y es uno de los líderes de la Asociación Brasileña de Consejeros Bíblicos. Él y su esposa, Ana, tienen tres hijos, Pedro, Tito y Marina.