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Ayuno 101


El ayuno es un arte perdido en la búsqueda de las disciplinas espirituales y uno que parece distante de la vida diaria en la cultura moderna occidental. Sin embargo, cuando vemos las escrituras hay una expectativa de que los creyentes van a ayunar como parte de la vida cristiana (Mateo 6:16; 9:15). Por lo tanto, antes de que descarte esta práctica solo para los monjes tibetanos, vamos a explorar un poco de los “porqués y cómo” del ayunar, para que enriquezcamos nuestro desarrollo espiritual y la vida de aquellos con quienes caminamos.


El ayuno orienta nuestros apetitos

(Mateo. 5:6; Col. 3:1-3; Rom. 12:1-3; 1 Cor. 6:12)

La disciplina del ayuno despierta nuestros sentidos espirituales y re-orienta nuestros corazones a las realidades del Reino de Dios. El recordatorio constante de hambre mueve el corazón a considerar lo que realmente anhela y desea. Es una práctica que recuerda y re-orienta el alma dentro de un ambiente de distracciones diarias para enfocarse en el deseo singular de ser un discípulo de Jesucristo. Junto con las otras disciplinas espirituales (Lectura Bíblica, oración, y la cena del Señor), la participación regular del ayuno se convierte en un hábito que intencionalmente re-orienta el alma que fácilmente se puede desorientar por la corriente de las influencias culturales mundanas.


El ayuno desarrolla nuestros apetitos

(I Cor. 9:24-27; Tito 2:11-14; Ef. 6:10-20)

El ayuno desarrolla la válvula de nuestro corazón para refinar nuestro apetito por mejores realidades espirituales. El auto control no es simplemente negarse a algo, sino que es el compromiso intencional de negarse a sí mismo de las cosas menores para ganar algo mejor. El proceso de desarrollo espiritual no es el viaje de la mortificación del pecado, sino el camino lejos de las expresiones y deseos impíos y pecaminosos al gozo, deleite y placer en Dios. De hecho, nuestros enredos en la vida no son siempre por las prohibiciones pecaminosas, sino de búsquedas idolatras de los ordinarios y buenos dones de Dios. El mal uso y búsqueda de consuelo en la comida es uno de los nuevos pecados respetables en nuestra sociedad evangélica occidental. La disciplina del ayuno nos da la oportunidad de practicar el desarrollo de nuestros deseos para anhelar mejores expresiones de nuestro apetito espiritual…incluso nuestro apetito por cosas razonables y buenas.


Tener expectativas realistas

Cuando usted comienza a ayunar, ponga primero expectativas realistas acerca de su tiempo. Hay un espectro para el ayuno. Hay momentos cuando hay experiencias e ideas espirituales profundas, mientras que otro tiempo es más distraído y enfocado en la perseverancia. Todas estas expresiones son provechosas. Sea precavido y establezca expectativas razonables sobre lo que desea de una temporada de ayuno, y permita lo que el Señor haría a través de su tiempo. Entre más incorpora el ayuno como una expresión regular de sus disciplinas espirituales más refinadas y precisas serán sus expectativas. Dese así mimo espacio para explorar y desarrollar esta expresión de su vida espiritual antes de decidir que “esto no funciona”.


Prepare un plan

David Mathis declara correctamente: “…sin un propósito y un plan; no es ayuno Cristiano; es solo pasar hambre.” Antes de comenzar, considere la siguiente pregunta para ayudarle a guiar su razón para ayunar.


¿Qué tan largo y que clase de ayuno debo hacer? Hay algunos cristianos que no deben ayunar o deben limitar el tiempo de su ayuno de acuerdo a su condición médica. Consulte con su doctor antes de ayunar si hay alguna preocupación de que su cuerpo responda adversamente. Considere comenzar con un ayuno pequeño (una comida por un día), desarrollando un periodo más largo a través del tiempo. Mientras que hay ayunos “secos” que incluye abstenerse de agua y comida, no lo recomiendo. Tomar líquidos mantiene su cuerpo hidratado y saludable a través de su ayuno. Con el pasar del tiempo usted va a encontrar la expresión apropiada de ayuno que es enriquecedora. He encontrado que un mínimo de 30-48 horas de ayuno me da el tiempo para desintoxicar mi corazón y mente en las primeras horas del ayuno para darme cuenta de los beneficios espirituales que estoy buscando.


¿Qué le digo a mi familia y amigos? El ayuno es primeramente una búsqueda privada y solitaria, sin embargo, la biblia habla del ayuno individual, de grupo pequeño y corporal. La guía de Mateo 6:16-18 no es que si alguien llega a saber que estas ayunando entonces no cuenta, si no que no debemos lucir nuestra búsqueda espiritual para llamar la atención o el favor de otros. Considere a su familia y amigos a medida que diseña una temporada de ayuno. Si tiene familia, coordine su tiempo para que no interrumpa involuntariamente la planificación y organización de las comidas. Si tiene almuerzos o comidas pendientes con sus amigos, dé consideración a cómo y cuándo ayuna como para no dar distracción indebida o conflicto. La mayoría del tiempo usted puede diseñar una temporada de ayuno que pasa desapercibida a quienes están a su alrededor. ¿Si le preguntan “Por qué no estas comiendo?” Usted puede responder que comerá más tarde o simplemente declarar que esta ayunando. El asunto no es que otros sepan que estas ayunando, sino por qué y cómo comunica sus razones. Al final el ayuno incrementa su apetito por Dios; por lo tanto, dé consideración a cómo comunica a quienes están a su alrededor de una manera que cumple con ese fin.


¿Cómo organizo mi día? Tome el tiempo que usualmente pasaría comiendo para disfrutar el tiempo de lectura Bíblica, meditación y oración. Dependiendo de la duración y la naturaleza del ayuno, de manera proactiva identifique un tema particular o porción de la escritura para reflexionar y responder. También considere reflexiones simples y claras a las cuales se puede referir cuando el hambre involuntaria golpee. ¿Hay un asunto de oración en particular que le gustaría considerar? ¿Una porción de la Escritura en la cual está meditando? ¿Un asunto de reflexión y sabiduría el cual está considerando? Preste consideración al planeamiento y las actividades del día. Esta es la razón por la cual usted no debe programar actividades que requieren esfuerzo extra. Eso no quiere decir que no puede ir a trabajar o envolverse en las actividades diarias… solo no subestime el impacto físico y mental del ayuno y ajústese de acuerdo a eso. También, tenga en mente que su aliento también es impactado, entonces ayude a quienes están a su alrededor almacenando mentas para el aliento.


Vuelva a entrar bien

Cuando su temporada de ayuno termine, no salte inmediatamente a una comida grande o no coma de más. Su cuerpo necesita ajustarse y puede enfermarse. A más de eso, tome un tiempo inmediatamente después de su temporada de ayuno para considerar su tiempo; escriba en un diario varias observaciones o conocimientos adquiridos durante el ayuno. Esto le ayudara a digerir su experiencia en maneras que se aplican a su vida diaria.


El ayuno es un gozo peculiar en el camino de la vida Cristiana. Considere cómo implementar estos principios en sus hábitos intencionales para la salud y el desarrollo espiritual. Pregúntele a aquellos dentro de su círculo acerca de sus experiencias con el ayuno y busque implementar maneras útiles para promover esta disciplina en su vida. Al final, no solo va a sentir que sus apetitos físicos son refinados, sino también un avance en una bendita hambre por Dios mismo.


Preguntas de reflexión

¿De qué manera ha visto la disciplina espiritual del ayuno impactar su caminar con Cristo?



ESCRITO POR: Joe Keller | TRADUCIDO POR: Martha Velazquez

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