Una pregunta que cualquier persona casada debería responder cuidadosamente en esta etapa es: “¿Cómo amo a mi cónyuge durante coronavirus?”
Por un lado, la respuesta es simple: debo amar a mi cónyuge ya que Dios me amó primero. Queremos que nuestro matrimonio sea un reflejo del amor de Cristo por la iglesia. ¿Pero qué significa eso en este momento, en esta época?
Coronavirus trajo muchos desafíos. Sin embargo, yo creo genuinamente que conforme respondamos en fe a nuestro gran Dios, Él hará algo increíble en nuestras vidas y en nuestras relaciones. La Palabra de Dios nos dice en Filipenses 2:3: “No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo.” NBLA Este simple versículo describe como Cristo nos amó humildemente en el Evangelio y me gustaría que consideráramos dos maneras en que este versículo nos puede ayudar a amar a nuestro cónyuge como Cristo durante este tiempo.
Primero, considera a tu cónyuge. Entonces, ¿Cómo podemos considerar a nuestro cónyuge más importante que nosotros mismos durante este tiempo? Necesitamos estar conscientes de lo que él/ella siente y enfrenta para ser más valioso/a que nosotros, que nuestra percepción de nosotros mismos. Una manera simple de saber si entendemos a nuestro cónyuge es hacernos cuatro preguntas—piensa en los ojos, oídos, manos y corazón.
Ojos – ¿Qué están viendo? ¿Qué relaciones o situaciones ven ellos como grandes? (¿Ven la manifestación de la falta de respeto de sus hijos, ven a sus seres queridos enfermarse, ven a otras familias en las redes sociales que hacen parecer al COVID-19 como algo fácil?)
Oídos – ¿Qué están oyendo ellos? ¿Cuáles voces están influenciando sus corazones en este momento? (¿Están bombardeados de reportes de noticieros diciéndoles que el virus solamente empeora? ¿Están rodeados de voces demandando diferentes cosas? ¿Están escuchando los comentarios desesperanzadores y aterradores de amigos y vecinos?)
Manos – ¿Qué hacen o qué anhelan hacer? (¿Desean abrazar a un ser querido o que él los abrace? ¿Quieren terminar un proyecto que iniciaron antes del confinamiento? ¿Quieren ser fieles en casa y en el trabajo pero encontrar la línea entre el trabajo y el hogar es muy delgada? ¿Anhelan estar con un ser amado en el hospital pero no se los permiten?)
Corazón – ¿Cuáles verdades alientan su alabanza a Cristo? ¿Qué tentaciones enfrentan y los alejan de Cristo? ¿Cómo ha sido su relación con Dios en esta temporada? (Quizás buscan refugio del COVID en la botana, tiempo en pantallas, compras en línea, dormir en exceso o en el ejercicio o en ser indulgentes con pecados escape como la lujuria o abuso de sustancias).
Segundo, acércate a tu cónyuge. Una vez que hayas construido un entendimiento de tu cónyuge, puedes empezar a demostrar amor de maneras tangibles y como Cristo. Aquí hay algunos ejemplos:
Crea una oportunidad para que tu cónyuge haga algo que disfrute. ¿Puedes cuidar a los niños o encargarte de la casa mientras tu cónyuge disfruta un tiempo en silencio, sale a correr, lee un libro, juega, se pone al corriente con un amigo o miembro de la familia, escribe en su diario o quizás solamente se queda sentado en una habitación en silencio sin un niño tocando la puerta?
Separa un momento en la tarde para compartir y orar por las preocupaciones y ansiedades del día. Hay tantas preocupaciones que los aquejan por los cambios que enfrentamos. Quizás estás viviendo con recursos y fondos limitados o experimentas cambios significativos en tu vida social, vives con los desafíos de trabajar desde casa con niños pequeños o simplemente te sientes atrapado en la película “Hechizo de tiempo”, vives el mismo día una y otra vez. Pueden surgir tantos desafíos, cada uno con sus propias ansiedades, por lo cual es vital llevar las cargas del otro al Señor en oración.
Haz noches de cita de “confinamiento”. Toma turnos con tu cónyuge para hacer noches de citas creativas en tu casa. Cada uno puede planear algo que el otro aprecie.
Sirvan juntos a otros. Hagan juntos una lluvia de ideas de cómo servir a la gente que Dios ha puesto alrededor de su matrimonio, como niños, familia, familias de la iglesia y vecinos. Al compartir juntos el amor de Dios con otros, permitirán que el amor de Dios se practique en su propio matrimonio.
Di “no” a algunas cosas para decir “sí” a tu cónyuge. Quizás enfrentas oportunidades al parecer infinitas durante esta temporada. Puedes estar tan ocupado como quieras estar en este momento. Si es tu caso, recuerda que siempre que decimos “sí” a algo (incluso a algo bueno), estamos diciendo “no” a algo más y probablemente sea tiempo con tu cónyuge. Por lo tanto, considera cómo proteger cuidadosamente tu matrimonio de las ocupaciones que te puedan consumir.
Finalmente, debemos recordar que el desafío más grande que enfrentamos al amar a nuestro cónyuge durante este tiempo es nuestro propio corazón pecaminoso. Al final de Mateo 5, Jesús dice que lo más natural en nosotros es regresar mal por mal y amar solamente a quienes nos aman. Pero lo que hace el amor de Cristo tan milagroso es que nos amó en el error al responder a nuestra maldad con bien. Debido al amor de Cristo por nosotros en el Evangelio, amar en el error demuestra el amor de Cristo más que cualquier otra muestra de amor que haya mencionado. En esta época de sufrimiento, cuando las tensiones son muchas, es probable que tu cónyuge peque contra ti incluso más de lo normal. Entonces ¿cómo se verá tu amor en esos momentos? Cuando estés equivocado, ¿responderás con el amor sanador de Cristo? Si tu esposo se queda corto, explota o se retira, ¿irás con él con una pregunta genuina, un gesto de importancia, una confesión humilde, una palabra de ánimo o un momento de oración? Este es el amor que se ve como Cristo. Que Dios conceda ese amor a cada matrimonio durante esta temporada.
Pregunta para la reflexión
¿Qué tan consciente estás de la condición de tu matrimonio en esta temporada?
¿Qué pasos en específico puedes dar para buscar el bien de tu pareja?
¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que Dios puede usarlos como pareja para servir a tu familia de la iglesia?
Tim St. John sirve como pastor consejero en la iglesia Lighthouse Community Church en Torrance, California. Se graduó del Master’s Seminary (MDiv, ThM) y terminó su capacitación de consejero certificado de ACBC y CCEF. La pasión de Tim es ver la gracia del crecimiento y prosperidad de la consejería centrada en el Evangelio en las iglesias locales.
Traducido por: Ana Zamarrón / Mariana Robles
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