Recientemente he estado escuchando una pequeña voz. O dicho de otra manera, he estado predicando de 1 de Reyes 19. Es sorprendente tan poco acuerdo que hay acerca de lo que sucedió arriba en el monte. ¿Qué fue esa pequeña voz? ¿Un susurro? ¿Un silencio? Ofreciendo una frase, un escritor sugiere que lo que Elías escuchó fue “el sonido de un silencio ensordecedor.”
El ángel del Señor
Pero no es el sonido (o silencio) lo que quiero resaltar. Por lo que he estado desconcertado es la visita del ángel. Quizás usted recuerda la escena: Elías está en el desierto, cuando de repente Dios envía un visitante angelical para ministrarle. Es una escena tan peculiar. Ahí está Elías, el hombre de oración, haciendo lo que mejor hace y pidiéndole al Señor. Sólo que esta no es la oración de petición más edificante de Elías porque lo que está pidiendo es que el Señor le quite la vida, o le deje morir. Elías ya ha tenido suficiente. Sintiendo que su misión en Israel ha fracasado y que a pesar de sus mejores esfuerzos todo está simplemente cayéndose, entonces mejor él le ruega a Dios que le permita morir (1 Reyes 19:4).
La manera en que debemos leer el desespero de Elías está en mucho debate y no intento ofrecer soluciones a ese rompecabezas ahora. Lo que sea la causa de su desespero, Elías está claramente al final de la cuerda. Él está abatido y desesperado. Dios responde a su crisis al enviar un mensajero angelical, pero lo que es realmente sorprendente es lo que hace el ángel.
"Consejero, de vez en cuando ese negocio de hablar puede esperar".
Un ministerio sorprendente
Solo piense acerca de las posibilidades. Él pudo haber instruido a Elías: una charla de diez puntos en las razones para confiar en la soberanía del Señor; él pudo amonestar a Elías: una severa reprensión por dudar de los propósitos de Dios; quizá podría haber aconsejado a Elías: “dime cómo te sientes, Elías” pero él no hace nada de esto.
El ángel no instruye, amonesta, o aconseja. ¡El ángel…cocina! (1 Reyes 19:6) Ahora eso es una sorpresa. Quien hubiera pensado que, al enviar el ángel del Señor, el propósito para su visita era proveer a Elías con dos comidas y un poco de agua.
Almas encarnadas
Me hace pensar que si algunas veces no somos un poco lentos para recordar que tenemos cuerpos que atender. Nosotros los consejeros bíblicos somos buenos en hablar, grandes en madurez espiritual y muy perspicaces para hablar la verdad en amor. Estoy contento de que ese sea el caso. Es solo que de vez en cuando ese negocio de hablar puede esperar. Y la primera cosa que hay que recordar es que somos almas encarnadas con un marco físico que necesita algo de atención.
"Somos almas encarnadas con un marco físico que necesita algo de atención".
Quizás nos preocupamos que no parece terriblemente espiritual pasar sugerencias acerca de mejorar la rutina para dormir, o hacer un poco de ejercicio, o comer una dieta balanceada, o tomar unos días de descanso. Pero si fue bueno para el ángel del Señor, tiene que ser bueno para nosotros.
Un encuentro “Espiritual” está por venir, claro – no es que Elías lo único que necesita es comida para su cuerpo, pero ahí es donde Dios decide comenzar. Y hay momentos cuando debemos estar dispuestos a hacer lo mismo.
Preguntas de reflexión
¿De qué manera ha sido impactada su vida cuando descuida las necesidades de su cuerpo físico? ¿Ha trabajado con un aconsejado cuyas necesidades espirituales no pueden ser solucionadas sin también abordar sus necesidades físicas?
Steve Midgley es Director Ejecutivo de Bíblico Consejería del Reino Unido. La visión de la Consejería Bíblica del Reino Unido es un cambio centrado en Cristo, habilitado por el Espíritu, a través del ministerio de la Palabra, en la iglesia local.
TRADUCIDO POR: Martha Velazquez
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