En una iglesia de nuestro tamaño (más de 4,200 miembros) hay muchas bodas cada año. Y cada año hay padres que llegan al centro de consejería que tienen inquietudes acerca de su futuro yerno o nuera. "¿Qué voy a hacer...?" suele ser la forma en que comienza la sesión. Hay una variedad de cuestiones que pueden completar la pregunta, y la forma en que se respondan determinará si los padres se convierten en buenos o malos suegros.
Problemas comunes a enfrentar
En cada una de estas situaciones, el posible suegro desea cambiar algo sobre su yerno o nuera. La preocupación más frecuente en mi experiencia en consejería gira en torno a la incertidumbre de si la pareja es salva o no, en si la pareja es de una raza muy diferente o si tuvo un matrimonio anterior. Estos tres asuntos no son complicados para el consejero bíblico, pero pueden no ser los más fáciles de procesar para los padres.
En el caso del no creyente, el padre ya sabe teológicamente que su hijo no debe entrar en una relación matrimonial con su pareja no cristiana. Nuestro trabajo es ayudar a que los padres entiendan cómo abordar el problema.
En el caso de la pareja de otra raza, es la actitud de los padres el verdadero problema. Mientras en el Antiguo Testamento el matrimonio interracial estaba prohibido, no era la raza lo que preocupaba, sino el sistema de creencias paganas de otras naciones. Alguien de Israel no se casaría con una persona más allá de sus límites fronterizos para que no se fueran detrás de otros dioses. Bajo el Nuevo Pacto, no existe una ley que condene el matrimonio interracial.
Con respecto a un matrimonio anterior, frecuentemente los padres temen los términos de resolución de conflictos establecidos en el divorcio o temen el incorporar a los hijastros de su hijo a la familia.
Ejemplos de otros problemas
Hay asuntos más problemáticos que pueden surgir. Supongamos que Ronald, el hijo de Juan y Mary, se ha comprometido en una relación significativa con Amanda, que es una apasionada católica. Juan y Mary se encuentran muy en conflicto con esto. Amanda es una profesante católica encantadora y vivaz. Ronald está obviamente enamorado de ella. Estos padres se encuentran enojados porque Ronald los ha puesto en esta situación por su elección. También están experimentando un temor significativo de que sus nietos estén expuestos a la Iglesia Católica Romana.
Alberto y Ana tienen un problema diferente. Su hijo ha elegido a una mujer que reinterpreta la Biblia para apoyar sus puntos de vista feministas. Su hijo, Eduardo, les ha informado que él y Karen no tienen la intención de tener hijos. Una vez más, como consejero te encuentras con un grupo de padres cristianos que a menudo están agobiados, desanimados, enojados y resentidos porque han intentado desesperadamente y sin éxito convencer a estos jóvenes de que están equivocados. De hecho, Alberto y Ana le han dicho a Eduardo que resultaría un divorcio seguro si se casa con Karen.
En todas estas situaciones, la conclusión para el consejero es el hecho de que él/ella debe abordar las actitudes de estos padres. En estos casos los hijos no son los aconsejados; los padres lo son. Con las actitudes pecaminosas de los padres en su lugar, se progresará poco en cambiar las mentes de sus hijos. De hecho, en la mayoría de los casos, los padres necesitarán ayuda para elaborar una disculpa y buscar el perdón. La mayoría de los padres necesitarán ayuda para pensar acerca de la forma de acercarse a sus hijos sin terminar con un comentario crítico o reproche de culpa.
Los padres pueden empujar en la dirección equivocada
También es necesario ayudar a los padres a entender que su propio pecado no solo está afectando la relación con sus hijos y su futuro cónyuge, sino que también contribuirá a empujarlos en la dirección en la que ya estaban yendo.
He descubierto que es necesario guiar a estos padres a descubrir cómo amar a sus hijos cuando se sienten decepcionados con sus decisiones. Aprender a aceptar el hecho difícil de que sus hijos son adultos y responsables de su propia decisión es desalentador cuando las decisiones del hijo se oponen a los valores que los padres han enseñado. Descansar y entregar a sus hijos en la soberana providencia de Dios es extremadamente desafiante en tales circunstancias.
Analice la relación
Entonces, ¿cómo se acercará el consejero a estos padres? Primero, se deben formular algunas preguntas fundamentales: "¿Cómo es la relación actual con su hijo?" "¿Con qué frecuencia ha tenido conversaciones íntimas con su hijo?" "¿Con qué frecuencia ha venido su hijo a usted para hablar sobre temas de la vida?" "¿Cómo han sido esas discusiones?" Estas preguntas ayudarán al consejero a evaluar la posibilidad de que una conversación personal con ese hijo pueda ser productiva. Si la conclusión es que tal discusión será improductiva, sería aconsejable ser voluntario para mediar en dicha discusión. Si por otro lado, tienen una historia que sugiere que una discusión puede ser difícil pero productiva, entonces el consejero hará bien en ayudar a los padres a prepararse para la discusión.
El consejero deberá ayudar a los padres a determinar si la relación es pecaminosa o no. ¿Es la relación permisible pero muy sabia? Puede ser inteligente para ellos explorar con el hijo lo que puede estar motivando esta relación más que un afecto genuino. También será importante alentar a los padres a asegurarle al hijo que los ama y que los amará, incluso si se casan con esa persona.
Preparación bíblica para progresar
Gran parte de esta discusión se centrará en la sabiduría. Para sentar las bases de esta discusión de sabiduría, sugeriría que los padres (y el hijo si usted como consejero tiene acceso a ellos) se preparen para esta conversación estudiando las Bienaventuranzas (Mateo 5:1-12) y respondiendo muy intencionalmente la pregunta: "¿Cómo impacta cada uno de estos refinados dichos de Jesús el cómo procesamos este tema?" Efesios 4:15; 25-32 y Santiago 1:19-23 también darán una guía crítica.
Pregunta para la reflexión
¿Cómo has ayudado a posibles suegros a enfrentarse a desafíos con su potencial nuera o yerno?
Howard Eyrich (Th.M., D.Min.) Fue Pastor de Consejería Bíblica en Briarwood Presbyterian Church en Birmingham, AL. Preside los programas de Maestría y Doctorado en Consejería Bíblica de Birmingham Theological Seminary.
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